Abrir o no los domingos: el debate sin fin en el retail.
/en ACSImportante movilización en el País Vasco contra la liberalización de horarios. Madrid se ha quedado sola a la hora de facilitar esa libertad.
El debate de abrir los comercios en domingos y festivos sigue vigente desde hace años. El ecommerce y la llegada de Amazon a España no han hecho más que acrecentar la discusión, que cuenta con partidarios y detractores casi a partes iguales. No lo duden: el debate nunca terminará y jugará entre la tendencia a liberar horarios y el rechazo firme de muchos retailers a dar ese delicado paso.
Hablamos de ello después de que este domingo se celebrara en San Sebastiánuna importante manifestación con miles de trabajadores mostrando su rechazo a la apertura de los comercios en domingos y festivos. Denuncian que los ayuntamientos de Bilbao, Vitoria y la propia San Sebastián han optado por “la liberalización de los horarios comerciales” que, según los sindicatos, perjudicarían las condiciones laborales.
Es bien conocida la postura de Anged, la patronal de grandes superficies como Carrefour, Alcampo, Eroski o El Corte Inglés, que no pierde oportunidad para pedir cambios en la legislación comercial actual, que “ha quedado anclada en el siglo XX”, al considerar que operadores como Amazon se están beneficiando de las normas actuales frente a los retailers tradicionales. La asociación considera que mientras una parte del comercio “está sujeto a un corsé estricto que afecta a aspectos clave como los horarios, la fiscalidad o la libertad de establecimiento; grandes operadores online quedan al margen, convirtiendo en ventajas competitivas las limitaciones del resto”. El pequeño comercio, en cambio, creo que la liberalización total solo beneficia a las grandes superficies
Anged siempre ha puesto como ejemplo a Madrid y su Ley de dinamización de la actividad comercial de 2012, que establece que los empresarios tienen libertad para abrir sus establecimientos todos los días de la semana en el horario que ellos determinen. Carrefour, por ejemplo, es la compañía que más al extremo está interpretando esta norma, con establecimientos abiertos las 24 horas del día, los siete días de la semana. La última aventura: abrir el primer hipermercado 24 horas de España en el barrio de Vallecas.
La apuesta de Madrid se realizó a partir de la medida que había aprobado en julio de ese mismo año el Gobierno de Mariano Rajoy, la cual permitía a los comercios ampliar de ocho a diez el mínimo de festivos para las aperturas, aumentar de 72 a 90 el número de horas para abrir durante la semana o la ‘creación’ de zonas turísticas que tendrían gran demanda de comercios abiertos a todas horas.
En algunas otras comunidades se apostó por un libertad similar en los horarios madrileños, pero con los años se ha ido dando marcha atrás. Por ejemplo, en la Comunidad valenciana el pasado 25 de febrero entró en vigor la modificación de la ley de comercio, que suponía el fin de la libre apertura en festivos. En Baleares se ha pasado de los 16 festivos de apertura en 2016 a diez en 2017 y 2018. Después de Madrid, las regiones más liberalizadoras son Murcia (15 festivos abiertos) y Castilla-La Mancha (12).
En el País Vasco, la plataforma de comercio Jaietan denok jai, los sindicatos ELA, LAB, CC OO y UGT, la patronal del pequeño comercio Garen y asociaciones de vecinos de San Sebastián y Bilbao, junto con las organizaciones de consumidores EKA y EKE, denuncian que los ayuntamientos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria “desean utilizar el turismo para justificar un modelo de aperturas que favorece solo a unos pocos“. Los convocantes critican que “lejos de poner en cuestión la imposición estatal de establecer zonas de gran afluencia turística que permite la apertura del comercio sin límite alguno, las instituciones locales ponen la alfombra roja a grandes superficies como Decathlon, Carrefour, Supercor, BM Supermercados, que tienen una política de 365 días de apertura”.
El sindicato LAB señala que con la liberalización horaria los trabajadores del pequeño comercio “se atarían a una dinámica impuesta por las grandes cadenas”, ya que tendrían que “abrir más horas”. Por ello, reivindica que, como se ha visto en otras comunidades autónomas, “no se vende más”, al tiempo que ha advertido de que “sus condiciones laborales y de vida empeorarían gravemente”.
La convocatoria contó con más de un millar de manifestantes. Además, muchas trabajadoras siguieron la curiosa iniciativa de pintarse los labios de morado para simbolizar su “no” a la liberalización horaria y su “sí” a la conciliación laboral y familiar.
Un informe de Analistas Financieros Internacionales (Afi), auspiciado por Anged y presentado en febrero de 2017, señalaba que el impactode la libertad comercial sobre la demanda se aproxima a los 2.680 millones de euros adicionales de aportación (directa, indirecta e inducida) al PIB de la Comunidad de Madrid. Este incremento de la actividad habría llevado aparejado más de 15.500 nuevos puestos de trabajo y una recaudación de 1.107 millones de euros a las arcas públicas entre los años 2013 y 2016, ambos inclusive. También subrayaba un incremento del Valor Añadido Bruto (VAB) de 2.682 millones de euros y que la liberalización no había provocado un aumento de precios (que en todo caso se han reducido un 0,05%). De hecho, calcula que los consumidores se han ahorrado en sus compras entre 2013 y 2016 unos 3.000 millones de euros (unos 460 euros por habitante).
Uno de los grandes defensores de la libertad horaria es El Corte Inglés. Su presidente, Dimas Gimeno, apuntaba recientemente que es preciso que haya “reglas de juego homogéneas” para poder competir contra los grandes operadores del comercio electrónico, como Amazon. Gimeno, en línea con lo expuesto por la patronal Anged, recuerda que existen empresas del entorno online que no están sujetas a restricciones de horarios comerciales.
La otra cara de la moneda la representa Mercadona, uno de los gigantes del retail que no apuesta por abrir domingo y festivos. Su presidente, Juan Roig, lo tiene claro y así se expresaba la semana pasada durante la presentación de los resultados de 2017 de su compañía. “Solo abrimos los domingos en determinadas circunstancias en que hayan dos días juntos de fiesta. Al abrir los domingos perdemos dinero. Si es por lo que el cliente quiere, el cliente quiere 24 horas todos los días del año, 365 días, pero es muchísimo más caro. Hay gente que le pueda ir bien”, apuntaba. Mercadona siempre ha defendido que al abrir los domingos se vería obligada a subir precios, algo que no sería bien visto por sus clientes.
Lo contrario a la liberalización total de los horarios comerciales se ha visto en Polonia. Hace unas semanas entró en vigor en el país europeo una nueva ley que ordena el cierre de la mayoría de los comercios los domingos. La norma pretende que los empleados puedan descansar y pasar tiempo con sus familias. Fue propuesta por un importante sindicato y aprobada por el partido gobernante, conservador y católico. La nueva ley prohíbe el comercio dos domingos al mes, que pasarían a tres en 2019 y, finalmente, todos los domingos en 2020, salvo algunas excepciones, como en fechas especiales de Semana Santa y Navidad.
Fuente: foodretail.es