El fraude carrusel de IVA. El enemigo número 2 del pequeño comercio
En España se siguen perdiendo comerciantes autónomos a diario.
En 2017 se perdieron 36 comerciantes autónomos al día, lo que implica un descenso del número de profesionales por cuenta propia en todas las comunidades autónomas. El año se cerró con 13.315 bajas, según informes publicados por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).
El pequeño comercio creció un 0,2%, a pesar de un brusco descenso de las ventas en diciembre (1,6%). ¿Cuáles son las causas de este paulatino decaimiento del que no parece levantarse del todo? La digitalización y los cambios en los hábitos de consumo derivados del uso de Internet han influido. Esas mismas asociaciones y diferentes expertos concluyen que la competencia de grandes market place y del comercio electrónico son el principal enemigo de las ventas en pequeños establecimientos físicos. Pero hay más.
El Congreso señala a un segundo culpable: el fraude carrusel
La pasada semana el Congreso asistía al debate de una Proposición No de Ley para reactivar el comercio minorista. En la misma se dio relevancia, por un lado, al importante peso de este tipo de establecimientos para la economía española. El Grupo Popular, quien ha presentado dicha Proposición, recordaba que en España existen 575.000 locales del comercio minorista que dan trabajo a 1.850.000 personas, casi el 10% de las personas trabajando en el país.
Los motivos por los que los populares piensan que se están cerrando comercios coinciden en el primer análisis, que señala a la competencia generada por la innovación tecnológicas. Pero también a la competencia desleal que algunas empresas hacen vendiendo por debajo del coste, gracias a entramados fiscales que permiten no pagar impuestos o retrayendo directamente recursos públicos del Estado a través del famoso fraude carrusel del IVA. ¿En qué consiste dicho fraude y cómo afecta al pequeño comercio?
Se trata de vender, desde una compañía ficticia de un estado, a otra sociedad intermediaria situada en otro país. Esta operación está exenta de IVA, por lo que no solo deja de pagar el impuesto, también reclama a la autoridad tributaria nacional la devolución, después de vender a otra empresa pantalla.
Con el uso de esta técnica el pequeño comercio español se ve indefenso. Ellos, sin embargo, sí tienen que gestionar y hacer frente a ese IVA, con el perjuicio en competitividad frente a esas empresas que frecuentan el uso del fraude carrusel.
Fuente: Cinco Días